La atención temprana es la intervención que se da en niños de 0 a 6 años, familias y entorno, que como fin tiene poder dar respuesta a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastorno en su desarrollo o riesgo de padecerlo. Una adecuada atención temprana es básica para la reducción de signos negativos en el Autismo.
En el área de Atención Temprana se trabaja sobre las áreas que presentan déficit o mayor dificultad en el niño. Es fundamental que, una vez se detecte que a nivel del desarrollo el niño presenta dificultades se atienda y estimule con mayor urgencia posible, dado que cuanto antes se de una atención temprana, los progresos en el niño serán más rápido y significativos y el niño tendrá mejor pronóstico. En la misma medida que el niño recibe la intervención, es importante que la familia acompañe y se forme para que sea parte activa del proceso terapéutico del niño.
Una adecuada atención temprana involucra varias áreas de intervención como el área Ocupacional, integración sensorial, área de lenguaje, área de psicología, fisioterapeuta, nutrición, neuropediatría.
Otro aspecto a considerar es el plan terapéutico de la Atención temprana, este plan incluye no solo los objetivos a trabajar, sino también la cantidad de horas de terapia que el niño deberá llevar. Como ningún niño es igual al otro, ni ninguna necesidad es igual a la necesidad que pueda tener otro niño y familia, esto es algo a considerar teniendo en cuenta el perfil del niño, sus debilidades y fortalezas.
Por otro lado, la capacitación a las familias no es de menor importancia. Es básico que la familia pueda recibir una adecuada formación en cuanto a cómo se trabaja con su niño, que cosas pueden reforzar en casa, de qué manera continuar con el mismo enfoque de estimulación en el hogar.
Efectos de NO recibir Atención Temprana
Que un niño no reciba atención temprana puede tener efectos negativos en su desarrollo. Las áreas más afectadas son la de la comunicación e integración sensorial, dando como resultado desordenes sensoriales que afectan la conducta y funcionalidad del niño en el entorno y la comunicación deficitaria o por debajo de lo que debería ser para la edad cronológica. Un adecuado abordaje evitará que el niño presente frecuentes pataletas o crisis, irritabilidad y conductas no adecuadas.
Otro aspecto a considerar es que si un niño con diagnóstico de TEA no recibe atención temprana, será muy difícil su escolarización.
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